¿Por qué se volvieron obsoletos e ineficientes los recursos
con los que ya contamos?
En el artículo anterior hablamos e hicimos referencia sobre
los nuevos recursos que utiliza y utilizara la escuela para poder seguir
luchando en el ámbito educativo.
Ahora nos proponemos a analizar los recursos existentes,
desde el funcionamiento de la institución escuela hasta el recurso mas
valioso…los docentes.
No es la intención de comprometer a toda la población
docente con la crítica que se hace en este artículo, pero es cada vez mayor el
déficit de trabajo realizado.
Obviamente hay factores que todos conocemos - economía,
política y sociedad – que inciden en el desempeño personal de manera negativa
pero esto no es excusa ni justificación. El nivel de compromiso del docente
hacia la escuela y en especial hacia el alumno es notoriamente bajo.
Cada vez se ve mas los docentes “resignados”, esperando que
terminen las horas de clases, la semana, el año para poder librarse de sus
responsabilidades como educadores. Estas personas simplemente no pueden estar
ejerciendo la docencia…ser docente es mas que ir a hacer un trabajo, no es
transferir contenidos de su cabeza hacia la cabeza de los alumnos. El docente
debe promover la curiosidad en el alumno, darle las herramientas necesarias
para el niño comprenda los contenidos y los articule.
Entonces nos encontramos con la primera crítica hacia el
docente…su resignación, esta viene acompañada de una desesperanza terrible,
hacia el sistema educativo y hacia el alumno. Imagínense si el docente no tiene
esperanza... ¿como la va a tener el alumno para poder cambiar su mundo social?
El maestro debe inculcar la esperanza y la curiosidad hacia
el alumnado, de esta manera esta encendiendo el motor del conocimiento en el
alumno, este a través de la búsqueda permanente intentar satisfacer sus
curiosidades sobre los conocimientos permitiéndole encontrar el camino hacia un
ser mas completo y ético.
Siguiendo con la lista de crítica nos encontramos que en el
aula se presentan las situaciones educativas, que esta compuesta de diversos
elementos, uno de ellos es el tiempo pedagógico…muchas veces vimos como los
profesores desaprovechan valioso tiempo para su uso personal de escaparle a la responsabilidad
de educar.
La última crítica que se le puede adjudicar al docente es la
forma que maneja su espacio pedagógico con los alumnos, a veces nos encontramos
con un profesor simplista, ellos quizás no se dan cuenta, pero la simplicidad
es una forma de ofensa y discriminación hacia el niño. No darle prioridad ni
espacio al chico es no escucharlo, es minimizar sus pensamientos, es necesario
darle protagonismo, palabra y derecho de ser escuchado al alumno para favorecer
su aprendizaje.
Vamos a dejar al pobre docente de un lado para enfocarnos en
la escuela como institución y abordarla a través de la crítica consciente. A
través de las teorías criticas y sus principales autores, sabemos que la
escuela hoy en día funciona mas como empresa política y cultural que como un
ámbito educativo. En su nueva función rige el mecanismo de clasificación donde
grupos seleccionados son favorecidos y como agencia para dar poder social e
individual.
Las escuelas utilizan la escolarización, modo de control
social, para reproducir las clases sociales y culturales que se dan en el
afuera. Al haber una cultura dominante y una subordinada, el colegio alienta a
que esa desigualdad se mantenga y se consolide en el tiempo. La escuela
legitima las verdades que los grupos dominantes dicen en sus practicas
discursivas y al hacer esto están apoyando la “verdad” de ellos, una verdad que
no es relativa sino que es relacional, una verdad que se construye en base de
un poder de relaciones.
Una manera mas de alentar la desigualdad es a través del
desprecio del capital cultural de las clases inferiores, la escuela premia el
capital cultural de las clases altas y castiga al de las clases bajas, en otras
palabras lo que intenta hacer es cambiar el capital cultura de las clases bajas
por las altas y si estos no lo logran a hacer están condenados al fracaso
escolar y a la desigualdad.
En conclusión…cambiar es difícil pero es posible, solamente
hace falta voluntad y una consciencia critica constante.
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