lunes, 13 de marzo de 2017

Nociones de socorrismo en la escuela pública

Como profesores de natación, muchas veces entramos en la polémica con colegas acerca de la utilidad o no de enseñarle a estudiantes de escuela primaria técnicas de remolque o salvamento. Sin lugar a dudas, cualquier aprendizaje que se lleven de nuestras clases podría ayudar a evitar accidentes. Pero la duda aparece cuando pensamos que son muy chicos y pueden confundir el mensaje. Pueden sentirse equivocadamente capacitados para salvar una vida y ponerse en riesgo.
Trabajando con alumnos de séptimo grado de la escuela 4 del D.E. 16, donde todos son muy buenos nadadores ya que tienen clases de natación desde sala de 4 una vez por semana durante todo el año, recibimos la propuesta del equipo de conducción del C.E.C de armar talleres que resultaran interesantes a nuestro alumnado. El segundo cuatrimestre de séptimo grado solía ser un momento en que la asistencia solía disminuir y colocar los talleres en esa etapa del año fue una estrategia del equipo docente para motivar a nuestros alumnos.
Se plantearon cuatro talleres, de cuatro clases cada uno, donde los chicos de manera rotativa transitaran por cada uno de ellos.
La experiencia fue muy positiva y en esta nota comentaremos los contenidos abordados en el taller de actividades de traslado y nociones básicas de socorrismo. Los otros talleres son de perfeccionamiento de técnicas de nado, polo acuático y destrezas acuáticas.
En los años que llevo trabajando de guardavidas, muchas veces he observado que la gente, en general, cuando le toca pasar por una situación de riesgo en el mar o en piletas no está preparada para reaccionar y generalmente no sabe como colaborar.
Por lo tanto, el enfoque del taller estuvo puesto en como ser una buena víctima, en dejarse auxiliar y colaborar con los guardavidas; en saber llamar y pedir auxilio.
Los chicos conocieron los diferentes elementos de rescate: rosca salvavidas, torpedo y tabla de inmovilización. Se les habló del DEA o desfibrilador automático, de la cadena de supervivencia y de la importancia de las maniobras de RCP.
Los chicos aprendieron que la señal de alerta cuando precisen ayuda, o cuando vean una persona que la requiera es levantar las manos y mantenerse tranquilos, priorizando la flotación.
Aprendieron y vivenciaron cómo tomarse de los diferentes salvavidas y rápidamente adquirir una posición hidrodinámica que les permita ser remolcados de la manera más efectiva.
Practicaron arrojar los elementos de rescate desde fuera del agua y hablarle a la persona para calmarla e instruirla en cómo tomarse de los materiales.
No enseñamos ninguna toma ni remolque directo porque nos pareció arriesgado. Pero a través de juegos y relevos fuimos incorporando técnicas de entrada al agua y nado de aproximación sin perder de vista a la supuesta víctima. Los chicos se tiraban parados y nadaban crol, ambas técnicas adaptadas sin meter la cabeza en el agua para no perder contacto visual. Se tiraban con un salvavidas enganchado con su bandolera y al llegar al compañero, sin acercarse completamente le entregaban el material. Una vez que el compañero se posicionaba en posición hidrodinámica, el “socorrista” lo remolcaba hasta el borde.
Con diferentes variantes de materiales, distancias y profundidades se fueron planteando juegos y carreras de postas.
En la charla del último encuentro, se hizo hincapié en la importancia de recordar y agendar los números telefónicos del servicio de emergencia y en la información que podrían brindar al dar un panorama de la situación al operador que los atienda. Datos tales como la dirección exacta y la cantidad y estado de la/s victima/s suelen ser de gran utilidad.



Ezequiel Rodríguez
Licenciado en educación Física
Guardavidas (ISEFI)
Entrenador de natación (IND)