Somos Vivian Mouratian y Yanina Figueroa profesoras de
Educación Física del Centes N° 2 D.E. 9.
A continuación contaremos nuestra experiencia
durante este año con un alumno al cual
llamaremos niño P.
Este niño de 9 años presenta trastorno del
espectro autista severo, con dificultad para armar trayectos de espera, se
lanza desbordado, se desplaza permanentemente por todos lados, se fuga, le
cuesta mucho permanecer en los talleres, además al no poder comunicarse
verbalmente muerde y pellizca.
Este año decidimos incluir al niño P. al plan
de natación a pesar del riesgo que ello implicaba. Este fue nuestro gran
desafío como dice el título “El desafío P”.
El trabajo entre varios es un punto clave,
cuando decimos varios nos referimos al apoyo y confianza por parte de la
Dirección del Centes, las ganas nuestras y de las referentes, la ayuda del
equipo interdisciplinario, psicomotricista, TO, la buena predisposición del
chofer de la combi, la médica del natatorio y el personal de la pileta. Todo
este trabajo en equipo nos permitió pensar
y modificar estrategias para que la propuesta no fracasara. El primer
día de pileta pedimos autorización a la coordinadora del Plan de natación para
que nosotras las profesoras de Ed. Física del Centes pudiésemos ingresar al
agua con los niños. Con el permiso concedido comenzó nuestra apuesta a la
inclusión. Acordamos con las referentes del niño P armar el dispositivo para
que él pudiese llegar al medio acuático, primero subir a la combi, ir en 2
combis distribuyendo a los niños según sus características para evitar inconvenientes.
En el traslado al natatorio ajustamos siempre el llegar puntual ya que P
presenta dificultad en las esperas, tomando este recaudo evitamos problemas. En el ingreso al predio realizamos siempre el
mismo recorrido, caminar hasta la puerta del vestuario, pasar por éste hasta
llegar al sector de cambiado, permanentemente contándole y anticipándole donde
nos dirigimos. Cuando el niño P observa la pileta automáticamente se saca la ropa por este motivo siempre
tenemos que llegar para inmediatamente cambiarse e ingresar al agua. Ya en el
espacio de cambiado se saca la ropa, le indicamos ponerse la malla, ojotas, toalla y guardar en
la mochila todo. De la mano de su referente y de la profesora de educación física del Centes camina hasta la pileta para ingresar al agua
bajando la escalera. Ya desde la primera clase P logró ingresar sin
inconveniente al agua siempre acompañado por prof. del Centes haciéndole cuerpo,
el excelente vínculo favoreció la
propuesta. Ya en el agua P salta y esboza una sonrisa enorme de disfrute, no se
moja la cara ni el pelo, observa a un grupo de personas nadar. Con el
transcurso de las clases de natación y el trabajo en las clases de educación
física en el Centes el vínculo se fortaleció aún más con nosotras lo cual permitió que P cada clase lograra mayor
conexión, no solo visual sino también corporal, estimulando y planteando
situaciones significativas, valorando sus logros, felicitándolo, buscando
permanentemente su mirada, el abrazo, la caricia, el poder guiar sus
movimientos para que imite, potenciando sus habilidades para que encienda sus
sensaciones. Por medio de elogios y halagos, festejando cada logro, siempre
apostando a incorporar palabras, ya que cuando el niño se encuentra en un
momento de disfrute logra repetir por ejemplo si salta en el agua decimos
saltar, saltar, saltar y el repite, si está pataleando decimos nadar, nadar o
decimos agua, agua, en esos momentos es donde más logra emitir palabras o
sonidos. La prevención, la anticipación
y el estar siempre atentas son fundamentales para evitar inconvenientes,
por ejemplo cambiarle el foco de atención, trabajando con la singularidad del
niño. Siempre efectuamos los mismos recorridos desde el traslado en la combi,
hasta el ingreso al agua. P ha progresado mucho por ejemplo al comienzo no se mojaba la cara, ahora la
sumerge, sopla el agua se moja el pelo, se desplaza caminando por toda la
pileta, salta, mueve mucho los brazos, grita de alegría, se ríe, se deja llevar
por nosotras en cúbito dorsal y ventral, patalea, utiliza una tabla, flota
flota, lanza pelotas, puede salir del agua e ingresar utilizando una goma eva
muy grande como tobogán, se desliza con ayuda logra permanecer los 40 minutos
en el agua hasta que le decimos vamos P tenemos que salir y sin inconveniente
sale de la mano, se pone las ojotas, la toalla y junto a las docentes del Centes
se dirige para vestirse. El niño P particularmente en el medio acuático es donde se siente más a
gusto son 40 minutos de placer y de paz para él. Y es allí donde aprovechamos
para incorporar palabras, hacer contacto visual, corporal y conectarnos un
poquito más. El día de la clase abierta donde se invita a todos los padres, la
mamá de P asistió, cuando el niño la vio salió de la pileta a buscarla, quería
que ella también ingresara al agua, insistía, insistía, le dijimos “mamá no
tiene malla” entonces volvió al agua, la mamá observó muy contenta como su hijo
se desplazaba, jugaba, la conexión del niño con la prof. la felicidad de su
hijo en el agua, la sonrisa, los gritos de alegría etc. El abrazo de la mamá
cuando salimos del agua y un gracias enorme nunca lo olvidaremos. Una caricia
al esfuerzo, un premio a la perseverancia y constancia de varios, que adaptando
actividades, armando, pensando y creando y sobre todo respetando la
singularidad del niño demostramos que cuando se quiere se puede.
No fue fácil en ocasiones hubo que afrontar
rechazo y discriminación de parte de otros, pero siempre con una sonrisa
esquivamos estos obstáculos, reafirmando
nuestra tarea. El esfuerzo vale la pena, el resultado, la sonrisa, el
placer de ver lo que siente P en el agua, es único donde además de aprender por
medio del juego logra desarrollar sus habilidades motoras y se enriquece desde
lo físico, psíquico y social.
El medio acuático permite el desarrollo psicomotor, favorece la relajación y el
bienestar de los niños por eso y por nuestra experiencia consideramos que sería
sumamente importante que el plan de natación se pudiese ampliar a 2 o más días
a la semana, y que en el futuro se construyeran piletas dentro de los Centes,
lo cual beneficiaría muchísimo a todos los niños. Cabe destacar que junto al
niño P 10 niños más del Centes con sus particularidades también disfrutan cada
semana de las clases y en ellos también se observan muy buenos resultados. Nos
jugamos por la inclusión, apostando a
eso cada día por una sociedad inclusiva y con igualdad de oportunidades para
todos.
A veces los niños con autismo no nos miran a
los ojos, pero creemos que ellos nos pueden mirar más allá de los ojos, nos
pueden mirar el alma. Cuando nosotros los valoramos y aceptamos como son
creemos que lo perciben y nos permiten
aprender mucho de ellos.
Ser profesoras de Educación Física nos permite enseñar por medio del cuerpo y el
movimiento, ayudando a que cada niño pueda alcanzar su máximo potencial.
Disfrutamos de cada logro, nos emocionamos viéndolos felices como siempre decimos “vamos por más”.
Vivian Mouratian prof. de Educación Física
Yanina Figueroa prof. de
Educación Física