miércoles, 8 de marzo de 2017

EXPERIENCIA IRONMAN

Parecía una locura, pero luego de años de preparación intensa estaba llegando el día.

Tanta expectativa y ansiedad. Era el momento de agradecer y recordar todo el apoyo y la ayuda que había recibido para intentar un nuevo reto.
El domingo 20 de noviembre 2016 estará entrando al mar a las 5:30 hora de Argentina esperando llegar a las 18 hs. No estará solo, habrá 2000 inconscientes más rodeándolo. ¿Inconscientes dije, acaso?
Todo comenzó de a poco, con un cambio radical en su estilo de vida. Siempre le había interesado competir y lograr metas. Proponerse desafíos diferentes y alcanzar sueños.
Pero la vida lo fue desviando, llevando por otros rumbos.
De a poco su mundo fue un escritorio, una computadora, una tarea cada día más exigente vinculado a lo administrativo que lo fueron confinando a un modo de vida cada vez más sedentario.
Muchos problemas y un alto nivel de estrés lo venían rodeando. Ocurrieron tres casos de compañeros fallecidos tempranamente de diferentes motivos, todos vinculados a una exposición vertiginosa de su ritmo de vida.
Decidió dejar ese trabajo con el descontento de todos a su alrededor, fue un quiebre en su vida, 45 años y patear el tablero.
No escucho a nadie, ningún consejo, ninguna opinión. ¿Solo escucho a su corazón? O a su razón… no lo tengo claro.
Comenzó de a poco entrenando en natación y un poco de runner, cada día avanzar un poco más fue entusiasmándolo e incursionó paso a paso en el triatlón.
Cuando ya necesitaba más entrenamiento se inscribió en un curso de Guardavidas, era justo lo que buscaba, exigencia, adrenalina, metas difíciles y la especialización en diferentes áreas bien específicas correr, nadar, bicicleta, cuidado del cuerpo alimentación siempre con supervisión médica
Dos años de curso, experiencias increíbles y una carta que publica en Facebook, que me emociona terriblemente.
En esa carta empiezo a entender, a comprender lo que significaba, lo que estaba viviendo por esos días en los cuales no había demasiado tiempo para charlar.
Ya habían pasado dos años desde ese último día del año, 15 de febrero del 2014, Mar de Ajo, desde hace 47 años vengo festejando que los 31 de diciembre son los últimos días del año, pero este es distinto, este termina hoy.
Un año que nunca olvidaré, un día que nunca olvidaré. Todo parecía estar predestinado, el día anterior había sido el más emocionante de mi vida. Aún tengo la voz ronca de tanto gritar ayer, era el día del guardavida en Mar de Ajo, conmemorando a uno de ellos que dejo la vida en el mar.
Eran las 22 hs, unos 100 guardavidas esperando entrar al mar a dejarle una ofrenda, iluminados con antorchas luchamos para llegar, allá, lejos, al fondo, con una mano sosteniendo la antorcha y con la otra braceando para cruzar todas las olas que nos enfrentaran.
¡Al principio todo era silencio, iluminados esperamos dejar la ofrenda y la orden de pitar con nuestro silbato durante 30 segundos, que emoción!!! Al regresar todo Mar de Ajo se había hecho presente para mirar el espectáculo, nos veían salir asombrados de esa locura, luchar contra el frío, nadar en la oscuridad, llevando una antorcha y allí bien lejos. Había canales de TV y radio retratando cada escena, miles de aplausos. 
Yo salí con mi antorcha y el pecho hinchado de emoción, la deje en la hoguera y grité, salté y me emocioné. Agradecí por vivir un momento que un año atrás si me lo contaban yo hubiera dicho que era una locura. Esa noche fue festejos y dormir poco, el día siguiente era nuestro último día del curso de guardavidas de Saladillo. El último día del año. De casualidad, o quizás no, me tocó hacer mi última guardia en la misma playa en donde la noche anterior se había realizado la ceremonia y eso que había muchas para elegir Pronóstico feo marcaba por internet, ahí hubo sol todo el día, pero con el mar muy embravecido. 
En toda la semana de guardias me había tocado participar en 2 rescates, ambos ahí, donde la gente deja de hacer pie, y de un momento a otro de la alegría pasan a la angustia, ven a la muerte de cerca, se desesperan, y ahí entramos en acción, carrera por la arena, llegar a la víctima y traerla. En ambos casos otros guardavidas se me anticiparon y pudieron resolver la situación, igual es obligación ir a asistir por si se complica el rescate, pero no puedo negar que por lo bajo me decía, tenes 47, te van a pasar, igual, di todo lo que tenía, estaba satisfecho conmigo.
Eran las 15 hs. del 15 de febrero, me quedan 3 horas de guardia para finalizar una de las etapas más lindas y emocionantes de mi vida, yo al lado del mangrullo y del guardavidas oficial de la playa, detrás 3 guardavidas que habían pasado a saludar, justo pasa el avión de publicidad realizando piruetas en el aire, distracción, el piloto es amigo de ellos y les deja una pirueta de saludo. Yo seguía mirando a los bañistas, había muchos, todos en el lugar de siempre justo antes que dejen de hacer pie, a lo lejos un surfista, de repente una ola eleva a 2 chicos, lejísimo, aviso al guardavidas, no los podía ver, había olas gigantes, de pronto los ve y da la orden de salida, el mar se los había tragado...
Salgo corriendo como en los rescates anteriores pero comprendo en ese instante que este no sería igual, no podía ir a fondo, este era muy lejos, había que llegar y había que volver…Me meto corriendo hasta que la altura del agua obliga a nadar, una brazada, otra, no sé cuántas, paso la primer rompiente y sigo, sigo, llego a la segunda rompiente y la paso, sigo nadando, pienso que ya debería poder verlos, levanto la cabeza y no se veía nada, sigo braceando una tras otra, interminable, miro y nada, en ese instante pienso que el mar me había derivado y me llevaba lejos de las víctimas, habían pasado varios minutos y no veía a nadie, un error que los guardavidas veteranos no cometen, me decido a mirar para atrás para ver hacia donde se dirigían ellos y poder corregir la trayectoria, pero para mi sorpresa allí estaban, 9 guardavidas siguiéndome, significaba que yo era la guía, las victimas aún no se veían, las olas no lo dejaban. 
Seguí nadando y de pronto a 30 mts la marea levanta a los 3 chicos, los 2 bañistas y el surfista, todos agarrados de la tabla. Llegué primero de todos, no podía creerlo, se me vinieron mil cosas a la cabeza, los sostuve de la soga de la tabla y empecé a remolcar a los 3 para la costa. 
En eso comienzan a llegar el resto de los guardavidas, y se divide en 2 el rescate uno con cada víctima, el surfista se fue en su tabla.
Con cada minuto que pasaba, más eran mis energías, evidentemente la adrenalina me mantenía, no podía creer lo que sucedía, yo remolcaba con un grupo a una de las víctimas con toda mi fuerza, miro a lo lejos y allí estaba mi compañero Maxi remolcando a la otra víctima, nos cruzamos las miradas y me levanta su brazo en señal de victoria, comprendimos que algo distinto estaba sucediendo, que éramos participes de algo diferente. Luego de mucho esfuerzo se logra sacar a una de las víctimas, el otro grupo aun no podía acercarse, gritan por ayuda y yo salí nuevamente hacia adentro, me uní a Maxi que como un león le metía brazadas una tras otra, miles creo yo que fueron.
Al llegar a la playa unos 400 turistas se habían acercado a mirar, que al salir nos dieron un cerrado aplauso agradeciendo el rescate, que nunca olvidare, que emoción. Esa noche los guardavidas veteranos nos invitaron a comer un asado, había que festejar, según ellos fue el rescate más largo y difícil de los últimos 5 años hayan tenido.
Aun me pregunto si fue casualidad que el último día del año haya estado ahí, ver el rescate y llegar primero, me sentí fuerte y que podía lograr lo que soñaba. Por esas cosas del destino el último día del año lo logre. Gracias sobre todo a los profes y compañeros del curso de Guardavidas 2013.”

Esta experiencia tan al límite, tan motivadora, tan emocionante no fue una culminación fue otro comienzo más, otro principio.
De ahí en más el objetivo fue decididamente enfocarse al triatlón con un entrenamiento exhaustivo en natación, bicicleta y carrera.
Pequeñas competencias en rio, lagunas, carreras en algunas rutas o serranías, fueron llevando a una



idea repetida, cada vez más repetida, correr un Ironman.

¿Qué es un Ironman?
Ironman es una prueba de excelencia, decisión, pasión y compromiso. Una competencia de resistencia física y mental. Ironman es perseverancia, fortaleza y formar parte de algo más grande que uno mismo. Un anhelo de excelencia y de llegar a ser un finisher.
Es la competencia más exigente del triaton. Consta de 3,86 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de trote. Pudiendo durar un máximo de 17 hs, con un tiempo promedio de 12 horas.
Los triatletas que compiten en esta distancia deben entrenar duramente meses o años para esta competencia, cubriendo grandes distancias de natación, ciclismo y maratón como entrenamiento. El Campeonato del Mundo se lleva a cabo en Hawai todos los años, y es la competencia más difícil del mundo.
Habiendo participado el año pasado del Ironman Cozumel, con la emoción de haberlo podido completar en 12 horas, después de haber vivido la experiencia más extrema de su vida, la emoción y la repercusión a su alrededor de lo acontecido, hoy él y 2000 atletas más se mentalizan para competir en Ironman Fortaleza Brasil el 20 de noviembre de 2016.

El domingo 23 de octubre a los 54 años corrí mi primer 4K y les puedo asegurar que llegando a la meta no me faltaron ganas de hacer el clavado que hizo en Río Shaunae Miller la ganadora del oro olímpico en 400 mts. Por qué sera?


T. Bettina Moyano
Prof. Nac de Educac.Física