BECARIO FULBRIGHT EN
LA ESCUELA
UNA
EXPERIENCIA DE
FORMACIÓN HUMANA
Y CULTURAL PARA COMPARTIR
Entre estas iniciativas
se destacan la
creación de
las Naciones Unidas,
un organismo cuyos
propósitos principales
serían tratar de
mantener la
paz y la
seguridad universal,
fomentar relaciones
de amistad y
respeto entre
los pueblos, promover
la cooperación internacional
en la resolución
de problemas de
distinta índole,
etc.
Con el mismo
objetivo de
salvaguardar y
consolidar
la paz basada en
la justicia y
la cooperación internacional se creó, también después
de la guerra,
el Consejo de
Europa. Reza
el Estatuto del
Consejo: “Persuadidos de
que para salvaguardar
y hacer que
se realice progresivamente este ideal
y en interés
del progreso social
y económico, se
impone una unión
más estrecha entre
todos los países
europeos animados
de los mismos
sentimientos”.
Ya que para
lograr la unión
es preciso comunicarse,
el Consejo elaboró
un documento que
contiene las
formas lingüísticas y
las funciones comunicativas
básicas de
todas las lenguas
de los países
miembros conocido
como “Nivel Umbral”.
Promueve el
intercambio fluido
entre países y
entender
la diversidad
de las naciones
como una fuente
de enriquecimiento mutuo
y no como
una barrera para
la comunicación. Este
documento es
considerado como
fundador del
Enfoque Comunicativo
en el que
se comenzó a
basar la enseñanza
de Lenguas Extranjeras.
En 1946 el
senador William
Fulbright presentó
en el Congreso
de las Estados
Unidos un proyecto
para generar intercambio
cultural internacional
ya que creía
fervientemente que
“la mejor —y
quizás la única—
forma de promover
la paz mundial
era incentivando a
un gran número
de personas a
vivir, estudiar e
integrarse en
la cultura de
otros países. A
través de esa
experiencia, individuos
de todas las
razas y nacionalidades llegarían a
conocerse y
a respetar las
instituciones, los
valores y
la cultura de
los otros pueblos.”
La aprobación de
este proyecto dio
origen al Programa
Fulbright cuyos
ejes son
la educación
y la cultura.
Ofrece becas a
estudiantes, investigadores, profesores, graduados
universitarios para
capacitarse en
distintos países.
Un gran número
de países y
personas forman
parte de Fulbright:
aquellos que
comparten el
ideal de la
paz, aquellos que
contribuyen económicamente, aquellos estados
que se comprometen
en convenios independientes de cualquier
interés político
o partidario, ex
y futuros becarios
Fulbright.
En nuestro país
es objetivo primordial
del Programa fortalecer
la enseñanza del
idioma inglés.
El Centro de
Idiomas N°12
de la Ciudad
Autónoma de
Buenos Aires tuvo
el agrado y
el privilegio de
recibir a
un estudiante de la Universidad de Chicago, ganador de una beca Fulbright, que llegó
a nuestro país
este año. Como
estudiante del
Profesorado de
Inglés y estudiante
de Castellano, su
labor aquí es
visitar escuelas
en las que
se enseña idioma
Inglés para interactuar
con los alumnos
y colaborar, así
en sus procesos
de aprendizaje,
enriqueciéndolos. Los alumnos de
4to., 5to. y
6to. año compartieron
sus clases con
él realizando distintas
actividades: una
mateada; la presentación de un Power Point para
mostrar algunos aspectos típicos de nuestra cultura, tradiciones y ciudad; juegos; charlas informales
en un clima
muy agradable y
distendido.
La presencia de
un hablante de
inglés nativo en
nuestras aulas
posibilitó
concretar la
valiosísima y
poco frecuente experiencia,
en un contexto
de aprendizaje exolingüe
como el nuestro,
de participar de una
situación comunicativa
real y altamente
significativa para
todos. Para los
chicos, la
ocasión de
asumir el lugar
de interlocutor en
Lengua Extranjera; adaptar
su discurso a las condiciones particulares de la
situación comunicativa
dada; identificar pistas
contextuales que
permitieran la
construcción de
significados; auto corregirse, reformular o
parafrasear para
lograr que la
comunicación fuera efectiva
y, al mismo
tiempo, contar
con un interlocutor
muy interesado en
lo que ellos
tenían para decir; un
visitante ávido
de información sobre
nuestro país,
nuestras costumbres,
nuestra gente.
El
encuentro se
tornaba más
motivador minuto
a minuto. Nos
permitió aprender
sobre ambas lenguas,
la extranjera y
la propia; aprender
sobre la cultura
y el pueblo
norteamericano (país
de origen del
becario) y
aprender sobre
nosotros mismos
a partir de
la descripción de
la impresión que
causamos en
un extranjero explicada
por él.
Abordada la lengua
como un instrumento
de comunicación y
el proceso de
enseñanza-aprendizaje basado
en una concepción
cognitivista y
constructivista, tuvimos
la posibilidad de
asitir a una
clase ideal: la
lengua concretándose en
el uso, en
una práctica social
real de comprensión
y producción; alumnos
considerados
interlocutores
responsables que
disponen de
un espacio genuino
de intervención y
de oportunidades para
formular hipótesis,
refutarlas o
confirmarlas, un espacio donde
el error es parte constitutiva del aprendizaje y corregirlo es un paso más
hacia la comunicación.
También hubo oportunidades para
la reflexión,
especialmente, la
intercultural. El
reconocimiento de
diferencias culturales
en el contraste
con lo propio
y, apuntando siempre
al respeto, la
comprensión y
el desplazamiento de
estereotipos, tomando
conciencia de
la existencia del
otro y aprendiendo
a convivir con
la diferencia.
Una diferencia que no distancia sino, todo lo contrario, que produce interés,
curiosidad, ganas de saber más, de investigar, de abrir el espectro de nuestros
conocimientos hacia los otros.
La experiencia no
nos deja solamente
el valor de
lo vivido en
la escuela sino
que abre un
abanico de
muchas futuras experiencias
diferentes: actividades
en los cuatro
quehaceres de
la lengua dentro
y fuera del
aula, la posibilidad
de seguir comunicándose
con este extranjero
y con otros
haciendo especial uso de la tecnología, redes sociales, etc. Y,
por sobre todas
las cosas, nos
deja una enorme
motivación. A
los alumnos, motivación
para seguir aprendiendo
e intentando usar
y reflexionar sobre
la lengua
como instrumento de comunicación y de apertura a un mundo que se ofrece para
ser descubierto. A
los docentes, motivación
para seguir trabajando
y buscando nuevos
caminos en
el maravilloso arte
de enseñar. A
la escuela, como institución, la motivación (últimamente un poco olvidada) de
trabajar por seguir siendo un lugar desde el cual se fomentan valores que han
sido su ideal desde siempre: la paz, la convivencia armónica, el respeto, el
diálogo, la confraternidad...
Silvina
Iacovino
Bibliografía de
consulta:
Gobierno de
la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires.
Diseño Curricular de
Lenguas Extranjeras.
Carta orgánica
de las Naciones
Unidas.
Estatuto del
Consejo de
Europa.