"Dicen los románticos que una canción es un romance
de tres minutos… "
Si como docentes llevamos al aula toda nuestra
preparación, todo tipo de materiales e ideas innovadoras, nuestra dedicación,
nuestro esfuerzo, nuestro amor por la tarea y por nuestros alumnos, por qué no
llevar también un poco de romance? Aunque sea, de vez en cuando…
Una simple canción puede desplegar un sinfín de
oportunidades de aprender para nuestros alumnos. Solo tener en cuenta el placer
y la motivación que una canción puede aportar a nuestras clases convierte a
este intento en un éxito garantizado.
Diversas experiencias han demostrado los efectos
beneficiosos de la música en los procesos de aprendizaje y en el desarrollo del
ser humano.
La inteligencia musical es una de las ocho clases de
inteligencia identificada por Howard Gardner en su teoría de las inteligencias múltiples.
Según el psicólogo y profesor estadounidense la capacidad musical no solo
incluye las habilidades de componer y/o interpretar piezas de cualquier modo y
género sino también las de escuchar y juzgar. Escuchar con un propósito
definido, escuchar por placer, formar el sentido crítico son objetivos
presentes en muchas áreas del currículo escolar.
Gardner relaciona la inteligencia musical, entre
otras, con la inteligencia lingüística o la habilidad de usar efectivamente el
lenguaje para comunicarse y allí nos adentramos específicamente en “nuestro”
territorio: el aprendizaje de lenguas extranjeras. El logro de la comunicación efectiva
es uno de los fines de nuestra tarea.
Proponiendo al alumno situaciones comunicativas contextualizadas significativas, con un propósito comunicativo
concreto le ofrecemos la posibilidad de asumir el lugar de interlocutor en
Lengua Extranjera. Estas instancias de uso, alternadas con las de reflexión,
posibilitan la construcción del conocimiento.
Una canción en
la clase de Lengua Extranjera es una herramienta poderosa:
- Motiva y estimula la creatividad.
- Proporciona placer, disfrute, relajación.
- Puede reforzar y/o profundizar
contenidos ya aprendidos.
- Puede incrementar vocabulario.
- Mejora la pronunciación, entonación,
acento y ritmo.
- Ayuda a memorizar estructuras,
vocabulario.
- Nos pone en contacto con un lenguaje
natural.
·
Anticipar
el contenido de la letra.
·
Completar
espacios en blanco en la letra.
·
Ordenar
versos o estrofas mezclados.
·
Ordenar
oraciones.
·
Ordenar
secuencias imágenes.
·
Unir
versos con dibujos.
·
Asignar
valor de verdad a proposiciones dadas.
·
Elegir
la palabra correcta entre diversas opciones
·
Predecir
vocabulario.
·
Inventar
crucigramas o anagramas.
·
Escribir
historias, poesías, nuevas estrofas.
·
Discutir,
debatir.
·
Aprender,
interdisciplinariamente, contenidos de otras áreas del conocimiento.
·
Introducir
y reflexionar sobre temas considerados
transversales a todas as áreas: valores, deberes y derechos, educación
ambiental, etc.
·
Componer
nuevas canciones con la melodía escuchada.
·
Cantar,
bailar, imaginar, soñar…
Pero también podemos dejarnos sorprender por los
chicos pidiéndoles que “el próximo romance de tres minutos” lo elijan ellos…
Silvina Iacovino