Cuerpo
y Derechos Humanos
reflexiones
en torno a la Educación Física
En
homenaje a Leonor Landaburu Zavaleta
Y
a Sergio Tula Silberberg
Docente
y estudiante del INEF desaparecidos durante la última dictadura militar
Introducción
“Estimada Señorita
Corazones Solitarios: Tengo deiciseis años y estoy desorientada (…) Cuando era
pequeña estaba acostumbrada a que los niños de mi cuadra se burlaran de mí (…)
nací sin nariz. Me siento y me observo todo el día y lloro (…) por eso no puedo
culpar a los chicos que no me inviten a salir. ¿Qué hice yo para merecer esta
terrible desgracia? Quizás me castigaron por mis pecados. ¿Debo suicidarme? La
saluda, Desesperada.”
Estigma e identidad
constituyen para Goffman un par indisociable. La carta que presenta este autor,
de una joven de 16 años dirigida hacia una fundación, da cuenta del proceso de
construcción de subjetividad e identidad en relación a los estigmas. En este
caso, un estigma desde, en y a partir del cuerpo. Es interesante el final: la
muchacha no firma con su nombre, sino con la emoción que le suscita ese
“anormalidad” de su cuerpo. Ese desvío del cuerpo ideal constituye su identidad
más que su nombre mismo. Así, podemos suponer que la construcción social y
cultural entorno al cuerpo y la constitución de subjetividad e identidad implican
un mismo proceso.
Se aproxima un nuevo 24
de Marzo. 41 años pasaron del inicio de uno de los períodos más sangrientos,
tristes y dolorosos de nuestra historia. Ni guerra sucia, ni dos demonios: un
plan sistemático y regional de control y disciplinamiento de movimientos
subversivos que implicaron el secuestro, la tortura y la desaparición de
militantes políticos. En este contexto, el artículo que sigue reflexiona acerca
de la influencia de la última dictadura en el campo disciplinar de la Educación
Física en Argentina. Por ello, en primer lugar, pensaremos acerca de los
relatos de docentes y ex estudiantes de Educación Física acerca de la práctica
del “Bautismo”. Luego, lo ocurrido en el Instituto Nacional de Educación Física
durante la última dictadura cívico-militar. Finalmente, unas conclusiones
finales acerca de las huellas corporales y los procesos de disciplinamiento
corporal.
Bautismo
y la lógica de la resistencia
Dicen que los llevaron
con los ojos vendados, que los hicieron caminar hacia el río. Uno detrás del
otro, tomados de una larga soga. Dicen que sintieron en su piel como les
quemaba el frío de un hielo que parecía fuego.
Que sintieron como los
ataban de pies y manos a las vías de un tren, que los hicieron arrastrarse por
algo que se parecía a un vómito, a la mierda y la basura.
También dicen que
sintieron como perdían su individualidad, cuando sus superiores les pintaban el
rostro para burlarse de ellos y de ellas.
Finalmente se creyeron
parte de otra especie, al ser bautizado como ¨bípedo¨.
Estos, como tantos
otros relatos, formaron parte de una siniestra tradición que se llevó a cabo
durante muchos años, con todos/das aquellos/as estudiantes que ingresaban a los
Institutos de Educación Física.
Aunque, vale destacar
que no es casual que estas costumbres, llamadas ¨bautismos¨ guardaran tanta
relación con algunas prácticas que se ejecutaron durante la última dictadura
militar, teniendo en cuenta que la impronta militar impregnó y marcó a los
formadores que luego enseñarían en los institutos.
El 24 de marzo de este
año se cumplirán 41 años del último golpe de estado militar, donde el
sufrimiento, la resistencia y la tortura se hicieron presentes en los cuerpos y
en las mentes de hijos, de madres, de abuelas. Pero también de
estudiantes, profesores, maestros,
escritores, artistas, sociólogos,
deportistas, almaceneros, monjas, y de una sociedad que se animó a
pensar, a cuestionar, a cambiar, a transformar una realidad con la cual no estaban
de acuerdo.
A 41 años de una época
oscura, donde esos cuerpos, donde esas personas resistían y soportaban,
aguantando el dolor y la humillación de un ¨superior¨ que de alguna forma les
daba una bienvenida, hoy podemos observar que, en la mayoría de los institutos
de Educación Física, los bautismos han cambiado. Sin embargo, tanto en los discursos
como en las prácticas, siguen evidenciándose dispositivos que responden a
lógicas de sufrimiento y resistencia. Aún vigentes… ¿Para qué?
INEF
dictadura
“La DICTADURA buscó
desarrollar una educación integral que permitiera controlar la conducta para
llevarla hacia un destino trascendente. Esto se lograría a través de los
valores morales de la tradición cristiana y la revalorización de la identidad
nacional. Entre los diversos objetivos que el gobierno militar se planteó, se
puede destacar el refuerzo de las instituciones nacionales, la cultura, la
seguridad, la defensa de la ley el orden.” (Beer,
David (2014) La
configuración de las tradiciones del Instituto Nacional de Educación Física de
Buenos Aires y su resignificación en el contexto de la última dictadura militar. Disponible en http://hdl.handle.net/10469/6395)
La dictadura militar
buscó disolver el sistema educativo nacional a través del mecanismo de poder
represivo y discriminatorio que se trasladó a instituciones de todos los
niveles. En este artículo, nos enfocaremos en lo que ocurrió particularmente en
el Instituto Nacional de Educación Física (INEF). Tomaremos como referencia la
tesis doctoral de David Beer, quien elabora una investigación sobre los alumnos
y profesores desaparecidos durante la dictadura en ese instituto.
Dice Beer que durante
la dictadura “se fue profundizando la deportivización del Instituto y de la
Educación Física, en un entorno profundamente disciplinario y de control
corporal.” El INEF estaba marcado por un alto predominio de la cultura
deportiva. Sin embargo, durante la dictadura, el deporte no pasaba tanto por
conseguir ciertos parámetros saludables sino por la confección de un cuerpo
talentoso, controlado y disciplinado.
El rol del deporte
durante el proceso militar tiene el ejemplo paradigmático del Mundial de Fútbol
de 1978, sobre todo por el papel que tuvo para instalar la apariencia de ser un
país confiable, en un momento en que ya ciertas voces en el exterior del país denunciaban los siniestros casos de
desaparición de seres humanos.
Asimismo (en
contexto de los masivos #NiUnaMenos y en el mismo mes del Paro Internacional de
Mujeres que aconteció el 8 de Marzo de este año), Beer muestra en las
entrevistas el papel encubridor y silenciador que adquirieron las relaciones
sociales dentro del INEF durante la dictadura en relación a violencia de género.
Demuestra casos de violencia material (manoseos y contactos físicos) y
simbólica (frases, insultos, amenazas, expresiones, señas, gestos, miradas) por
parte de docentes y autoridades hacia estudiantes mujeres. El miedo (el
“terror” que les infundía, como dicen algunas entrevistadas) que esto
significaba no detuvo a un grupo de estudiantes que se expresaron en la
rectoría, que hizo caso omiso de estas denuncias. Afirma Beer que “en el caso
del Instituto, considero que las alumnas se encontraban dominadas por una
dinámica discriminatoria, basada en el arraigo de los estereotipos de género,
profundamente implantados en el Instituto donde encontramos posiblemente la
preponderancia de un pensamiento hegemónico, de carácter androcéntrico, que
presidía y hegemonizaba parte de la cotidianeidad del profesorado”. Así, en
contexto militar, todo tipo de violencias, agresiones y represiones quedaban
silenciadas y “legitimadas”.
Ya sea por la
pretensión de buscar cuerpos disciplinados y patrióticos, ya sea por intentar
imponer una ideología del miedo, ya sea por hacer desaparecer a docentes y
estudiantes, ya sea por sancionar y normalizar a los estudiantes, ya sea por omisión
y encubrimiento de severos casos de violencia de género en el seno del INEF, la
imposición de un ejercicio de poder represivo por parte de autoridades
dictatoriales en las instituciones educativas significó la educación de los
cuerpos con carácter disciplinario (obediencia y utilidad), comprendiendo como
mencionamos anteriormente que todo proceso de construcción de subjetividad
implica mecanismos específicos de educación de los cuerpos. A través del
adoctrinamiento del cuerpo, imponían violentamente sus intereses.
A
modo de cierre: identidad y huellas corporales
El cuerpo es y ha
sido entendido como objeto de relaciones de poder (Foucault, 2002). La
educación física fue utilizada como un recurso para disciplinar los cuerpos
especialmente durante la dictadura militar. ¿Cuáles serían los fines de este
disciplinamiento aplicado sobre el cuerpo? Para pensar esta pregunta nos
interesaría traer algunos planteos de Foucault (2002), que sostiene que el
objetivo del poder es generar cuerpos que sean productivamente fuertes y
políticamente dóciles. Estas características están asociadas a la
construcción de cuerpos controlados y eficientes. Además, Foucault hace
referencia a las técnicas de individualización del poder definidas como aquella
disciplina por la cual se gobierna a las poblaciones desde el cuerpo social
hasta los propios átomos sociales (individuos). Un ejemplo de este mecanismo de
poder lo encarna la escuela, donde se justifica la individualización para
garantizar el dominio y la vigilancia de los cuerpos. La escuela ejerció influencias sobre los cuerpos
con efectos sociales y culturales determinados, orientados a desdibujar las
diferencias individuales y a estimular determinadas conductas consideradas como
esperadas.
Esta dinámica que
intenta encauzar los cuerpos no es neutral ni ingenua sino que va construyendo
una forma particular de sujeto que va a estar determinado por una serie de
normas que fueron in-corporadas. Estas cuestiones responden a una lógica
binaria, jerárquica que considera que existe una única forma de ser, que
responde a intereses dominantes concretos, es decir al modelo hegemónico.
Las prescripciones
corporales presentes en las clases de educación física de la época militar
implicaron diversos ejercicios militares, como la ejecución de la marcha
militar, o los castigos vinculados con la repetición de determinados ejercicios,
que dan cuenta de las huellas que fueron dejando sobre los cuerpos dichas prácticas.
La Educación Física en
el período de la dictadura (1976-1983) fue un instrumento que estuvo
íntimamente relacionado con la normalización y el control de los cuerpos.
No tenemos que olvidar que estos mecanismos que se ejercieron durante dicho momento
histórico fueron poco a poco constituyéndose en hábitos naturalizados. Por esto
creemos que es de suma importancia repensar ¿Cómo surgió nuestra
disciplina?, ¿Cómo fue transformándose? ¿Qué elementos de aquella educación
física no queremos que vuelvan a formar parte de nuestro campo disciplinar?
FRENTE ACADÉMICO- INTELECTUAL DE EDUCACIÓN FÍSICA
Prof. Cattaneo, Silvia
Prof. Caramelo, Lucíana María
Prof. Klein, Sebastián