martes, 4 de abril de 2017

TEAyudamos a nadar “El Desafío P” Una apuesta a la inclusión

Somos Vivian Mouratian y Yanina Figueroa profesoras de Educación Física del Centes N° 2 D.E. 9.
A continuación contaremos nuestra experiencia durante este año con un alumno  al cual llamaremos niño P.
Este niño de 9 años presenta trastorno del espectro autista severo, con dificultad para armar trayectos de espera, se lanza desbordado, se desplaza permanentemente por todos lados, se fuga, le cuesta mucho permanecer en los talleres, además al no poder comunicarse verbalmente muerde y pellizca.
Este año decidimos incluir al niño P. al plan de natación a pesar del riesgo que ello implicaba. Este fue nuestro gran desafío como dice el título “El desafío P”.
El trabajo entre varios es un punto clave, cuando decimos varios nos referimos al apoyo y confianza por parte de la Dirección del Centes, las ganas nuestras y de las referentes, la ayuda del equipo interdisciplinario, psicomotricista, TO, la buena predisposición del chofer de la combi, la médica del natatorio y el personal de la pileta. Todo este trabajo en equipo nos permitió pensar  y modificar estrategias para que la propuesta no fracasara. El primer día de pileta pedimos autorización a la coordinadora del Plan de natación para que nosotras las profesoras de Ed. Física del Centes pudiésemos ingresar al agua con los niños. Con el permiso concedido comenzó nuestra apuesta a la inclusión. Acordamos con las referentes del niño P armar el dispositivo para que él pudiese llegar al medio acuático, primero subir a la combi, ir en 2 combis distribuyendo a los niños según sus características para evitar inconvenientes. En el traslado al natatorio ajustamos siempre el llegar puntual ya que P presenta dificultad en las esperas, tomando este recaudo evitamos problemas.  En el ingreso al predio realizamos siempre el mismo recorrido, caminar hasta la puerta del vestuario, pasar por éste hasta llegar al sector de cambiado, permanentemente contándole y anticipándole donde nos dirigimos. Cuando el niño P observa la pileta automáticamente  se saca la ropa por este motivo siempre tenemos que llegar para inmediatamente cambiarse e ingresar al agua. Ya en el espacio de cambiado se saca la ropa, le indicamos  ponerse la malla, ojotas, toalla y guardar en la mochila todo. De la mano de su referente y de la  profesora de educación física del Centes  camina hasta la pileta para ingresar al agua bajando la escalera. Ya desde la primera clase P logró ingresar sin inconveniente al agua siempre acompañado por prof. del Centes haciéndole cuerpo, el excelente vínculo  favoreció la propuesta. Ya en el agua P salta y esboza una sonrisa enorme de disfrute, no se moja la cara ni el pelo, observa a un grupo de personas nadar. Con el transcurso de las clases de natación y el trabajo en las clases de educación física en el Centes el vínculo se fortaleció aún más con nosotras  lo cual   permitió que P cada clase lograra mayor conexión, no solo visual sino también corporal, estimulando y planteando situaciones significativas, valorando sus logros, felicitándolo, buscando permanentemente su mirada, el abrazo, la caricia, el poder guiar sus movimientos para que imite, potenciando sus habilidades para que encienda sus sensaciones. Por medio de elogios y halagos, festejando cada logro, siempre apostando a incorporar palabras, ya que cuando el niño se encuentra en un momento de disfrute logra repetir por ejemplo si salta en el agua decimos saltar, saltar, saltar y el repite, si está pataleando decimos nadar, nadar o decimos agua, agua, en esos momentos es donde más logra emitir palabras o sonidos. La prevención, la anticipación  y el estar siempre atentas son fundamentales para evitar inconvenientes, por ejemplo cambiarle el foco de atención, trabajando con la singularidad del niño. Siempre efectuamos los mismos recorridos desde el traslado en la combi, hasta el ingreso al agua. P ha progresado mucho por ejemplo  al comienzo no se mojaba la cara, ahora la sumerge, sopla el agua se moja el pelo, se desplaza caminando por toda la pileta, salta, mueve mucho los brazos, grita de alegría, se ríe, se deja llevar por nosotras en cúbito dorsal y ventral, patalea, utiliza una tabla, flota flota, lanza pelotas, puede salir del agua e ingresar utilizando una goma eva muy grande como tobogán, se desliza con ayuda logra permanecer los 40 minutos en el agua hasta que le decimos vamos P tenemos que salir y sin inconveniente sale de la mano, se pone las ojotas, la toalla y junto a las docentes del Centes se dirige para vestirse. El niño P particularmente  en el medio acuático es donde se siente más a gusto son 40 minutos de placer y de paz para él. Y es allí donde aprovechamos para incorporar palabras, hacer contacto visual, corporal y conectarnos un poquito más. El día de la clase abierta donde se invita a todos los padres, la mamá de P asistió, cuando el niño la vio salió de la pileta a buscarla, quería que ella también ingresara al agua, insistía, insistía, le dijimos “mamá no tiene malla” entonces volvió al agua, la mamá observó muy contenta como su hijo se desplazaba, jugaba, la conexión del niño con la prof. la felicidad de su hijo en el agua, la sonrisa, los gritos de alegría etc. El abrazo de la mamá cuando salimos del agua y un gracias enorme nunca lo olvidaremos. Una caricia al esfuerzo, un premio a la perseverancia y constancia de varios, que adaptando actividades, armando, pensando y creando y sobre todo respetando la singularidad del niño demostramos que cuando se quiere se puede.
No fue fácil en ocasiones hubo que afrontar rechazo y discriminación de parte de otros, pero siempre con una sonrisa esquivamos estos obstáculos, reafirmando  nuestra tarea. El esfuerzo vale la pena, el resultado, la sonrisa, el placer de ver lo que siente P en el agua, es único donde además de aprender por medio del juego logra desarrollar sus habilidades motoras y se enriquece desde lo físico, psíquico y social.
El medio acuático permite el desarrollo  psicomotor, favorece la relajación y el bienestar de los niños por eso y por nuestra experiencia consideramos que sería sumamente importante que el plan de natación se pudiese ampliar a 2 o más días a la semana, y que en el futuro se construyeran piletas dentro de los Centes, lo cual beneficiaría muchísimo a todos los niños. Cabe destacar que junto al niño P 10 niños más del Centes con sus particularidades también disfrutan cada semana de las clases y en ellos también se observan muy buenos resultados. Nos jugamos por la inclusión, apostando  a eso cada día por una sociedad inclusiva y con igualdad de oportunidades para todos.
A veces los niños con autismo no nos miran a los ojos, pero creemos que ellos nos pueden mirar más allá de los ojos, nos pueden mirar el alma. Cuando nosotros los valoramos y aceptamos como son creemos que  lo perciben y nos permiten aprender mucho de ellos.

Ser profesoras de Educación Física  nos permite enseñar por medio del cuerpo y el movimiento, ayudando a que cada niño pueda alcanzar su máximo potencial. Disfrutamos de cada logro, nos emocionamos viéndolos felices  como siempre decimos “vamos por más”. 

Vivian Mouratian prof. de Educación Física
Yanina Figueroa prof. de Educación Física 


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