domingo, 3 de agosto de 2014

CREADORES EN MINIATURA: Prof. Gilda Analía Luciardo




En la sala de lactario hacia fin de año comenzamos a proponer una serie de actividades orientadas a la exploración táctil con pan rallado y harina, elementos que no presentan dificultad si los llevan a la boca como suelen explorar los bebés…

En las primeras propuestas se presentó pan rallado, los bebés comenzaron a manipularlo y a explorarlo, realizando diferentes acciones sobre él. Intentaban agarrarlo, lo golpeaban, apretaban sus manitos, lo llevaban a la boca…

Explorar con pan rallado provocó asombro en todos los bebés, esto se vio reflejado en las expresiones de sus rostros, alegría, risitas, grititos, entusiasmo al ponerse en contacto con lo ofrecido.

En actividades subsiguientes se ofreció junto al pan rallado cucharas plásticas y pequeño potecitos plásticos

Cada uno resolvió la exploración de distinta manera, algunos cautelosos observaban las acciones que realizaban sus pares, otro rápidamente comenzaron a accionar con los utensilios ofrecidos.

Luego cambiamos el material por harina en otras oportunidades, incorporando pequeños coladores.

Luego ofrecimos pan rallado y harina a la vez, comenzaron a manipular, mezclar, golpear…

Fuimos observando a través de los días que esparcían la harina y el pan rallado y con sus deditos comenzaban a dejar huellas.

Esta  serie de actividades observamos producía mucho placer en los bebés, al pasar los días del desarrollo de las mismas, los bebés iban creando, complejizando, cambiando las manipulaciones…

Creemos muy importante destacar que en estas propuestas los elementos presentados estuvieron a disposición de los bebés permitiendo la libre exploración.

La exploración plástica se inicia a partir del rastro que dejan las huellas cuando los niños juegan con arena, barro…,en este caso harina y pan rallado. Esto les permite ir descubriendo la relación entre su movimiento y la marca que deja y a partir de este descubrimiento comienzan a variar sus movimientos y a controlarlos.

Los niños pequeños no le atribuyen significado representativo o simbólico a aquello que realizan. Es a través de los adultos y en el diálogo que se genera con ellos, que comenzarán a atribuirle estos significados.

Es en esta comunicación con el niño que la obra realizada es “leída” por el adulto, valorizando la expresión lograda.

Este es un inicio, con el tiempo los niños tendrán una intencionalidad del representar la realidad, y con estas ricas experiencias serán capaces de hacerlo y de crear…

 
                            Hay huellas que quedan en la arena,
                            hay huellas que quedan en la masa,
                          hay huellas que quedan en la témpera…
                      y hay huellas que quedan en nuestro corazón.

 
                                                                        Gilda Analía Luciardo
                                                                            DNI 17198449

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