jueves, 17 de abril de 2014

BECARIO FULBRIGHT EN LA ESCUELA. Prof.: Silvina Iacovino


BECARIO FULBRIGHT EN LA ESCUELA

UNA EXPERIENCIA DE FORMACIÓN HUMANA Y CULTURAL PARA COMPARTIR

 
        Al término de la Segunda Guerra Mundial y en el escenario de sus devastadoras consecuencias no sólo en lo material a nivel global sino también en lo moral, psicológico, emocional a nivel individual, familiar, social; surgieron en distintos lugares del planeta iniciativas en favor del restablecimiento de la paz y la seguridad internacional.

         Entre estas iniciativas se destacan la creación de las Naciones Unidas, un organismo cuyos propósitos principales serían tratar de mantener la paz y la seguridad universal, fomentar relaciones de amistad y respeto entre los pueblos, promover la cooperación internacional en la resolución de problemas de distinta índole, etc.

         Con el mismo objetivo de salvaguardar y consolidar  la paz  basada en la justicia y la cooperación internacional  se creó, también después de la guerra, el Consejo de Europa. Reza el Estatuto del Consejo:Persuadidos de que para salvaguardar y hacer que se realice progresivamente este ideal y en interés del progreso social y económico, se impone una unión más estrecha entre todos los países europeos animados de los mismos sentimientos. Ya que para lograr la unión es preciso comunicarse, el Consejo elaboró un documento que contiene las formas lingüísticas y las funciones comunicativas básicas de todas las lenguas de los países miembros conocido comoNivel Umbral. Promueve el intercambio fluido entre países y entender  la diversidad de las naciones como una fuente de enriquecimiento mutuo y no como una barrera para la comunicación. Este documento es considerado como fundador del Enfoque Comunicativo en el que se comenzó a basar la enseñanza de Lenguas Extranjeras.

         En 1946 el senador William Fulbright presentó en el Congreso de las Estados Unidos un proyecto para generar intercambio cultural internacional ya que creía fervientemente quela mejory quizás la únicaforma de promover la paz mundial era incentivando a un gran número de personas a vivir, estudiar e integrarse en la cultura de otros países. A través de esa experiencia, individuos de todas las razas y nacionalidades llegarían a conocerse y a respetar las instituciones, los valores y la cultura de los otros pueblos.La aprobación de este proyecto dio origen al Programa Fulbright cuyos ejes son  la educación y la cultura. Ofrece becas a estudiantes, investigadores, profesores, graduados universitarios para capacitarse en distintos países. Un gran número de países y personas forman parte de Fulbright: aquellos que comparten el ideal de la paz, aquellos que contribuyen económicamente, aquellos estados que se comprometen en convenios independientes de cualquier interés político o partidario, ex y futuros becarios Fulbright.

         En nuestro país es objetivo primordial del Programa fortalecer la enseñanza del idioma inglés.

         El Centro de Idiomas N°12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tuvo el agrado y el privilegio de recibir a un estudiante de la Universidad de Chicago, ganador de una beca Fulbright, que llegó a nuestro país este año. Como estudiante del Profesorado de Inglés y estudiante de Castellano, su labor aquí es visitar escuelas en las que se enseña idioma Inglés para interactuar con los alumnos y colaborar, así en sus procesos de aprendizaje, enriqueciéndolos. Los alumnos de 4to., 5to. y 6to. año compartieron sus clases con él realizando distintas actividades: una mateada; la presentación de un Power Point para mostrar algunos aspectos típicos de nuestra cultura, tradiciones y ciudad; juegos; charlas informales en un clima muy agradable y distendido.

         La presencia de un hablante de inglés nativo en nuestras aulas posibilitó  concretar la valiosísima y poco frecuente experiencia, en un contexto de aprendizaje exolingüe como el nuestro, de participar  de una situación comunicativa real y altamente significativa para todos. Para los chicos, la ocasión de asumir el lugar de interlocutor en Lengua Extranjera; adaptar su discurso a las condiciones particulares de la situación comunicativa dada; identificar pistas contextuales que permitieran la construcción de significados; auto corregirse, reformular o parafrasear para lograr que la comunicación fuera efectiva y, al mismo tiempo, contar con un interlocutor muy interesado en lo que ellos tenían para decir; un visitante ávido de información sobre nuestro país, nuestras costumbres, nuestra gente.

         El encuentro se tornaba más motivador minuto a minuto. Nos permitió aprender sobre ambas lenguas, la extranjera y la propia; aprender sobre la cultura y el pueblo norteamericano (país de origen del becario) y aprender sobre nosotros mismos a partir de la descripción de la impresión que causamos en un extranjero explicada por él.

         Abordada la lengua como un instrumento de comunicación y el proceso de enseñanza-aprendizaje basado en una concepción cognitivista y constructivista, tuvimos la posibilidad de asitir a una clase ideal: la lengua concretándose en el uso, en una práctica social real de comprensión y producción; alumnos considerados  interlocutores  responsables que disponen de un espacio genuino de intervención y de oportunidades para formular hipótesis, refutarlas o confirmarlas, un espacio donde el error es parte constitutiva del aprendizaje y corregirlo es un paso más hacia la comunicación.

         También hubo oportunidades para la reflexión, especialmente, la intercultural. El reconocimiento de diferencias culturales en el contraste con lo propio y, apuntando siempre al respeto, la comprensión y el desplazamiento de estereotipos, tomando conciencia de la existencia del otro y aprendiendo a convivir con la diferencia. Una diferencia que no distancia sino, todo lo contrario, que produce interés, curiosidad, ganas de saber más, de investigar, de abrir el espectro de nuestros conocimientos hacia los otros.

         La experiencia no nos deja solamente el valor de lo vivido en la escuela sino que abre un abanico de muchas futuras experiencias diferentes: actividades en los cuatro quehaceres de la lengua dentro y fuera del aula, la posibilidad de seguir comunicándose con este extranjero y con otros haciendo especial uso de la tecnología, redes sociales, etc. Y, por sobre todas las cosas, nos deja una enorme motivación. A los alumnos, motivación para seguir aprendiendo e intentando usar y reflexionar sobre la lengua como instrumento de comunicación y de apertura a un mundo que se ofrece para ser descubierto. A los docentes, motivación para seguir trabajando y buscando nuevos caminos en el maravilloso arte de enseñar. A la escuela, como institución, la motivación (últimamente un poco olvidada) de trabajar por seguir siendo un lugar desde el cual se fomentan valores que han sido su ideal desde siempre: la paz, la convivencia armónica, el respeto, el diálogo, la confraternidad...

 
Silvina Iacovino

Bibliografía de consulta:

Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Diseño Curricular de Lenguas Extranjeras.
 
http://www.un.org

Carta orgánica de las Naciones Unidas.


Estatuto del Consejo de Europa.