sábado, 12 de octubre de 2013

Que sepa abrir la puerta para ir a jugar... Prof.: Silvina Iacovino

Que sepa abrir la puerta para ir a jugar...

Desde la más temprana infancia el juego es para los niños una actividad que inician y sostienen con absoluta naturalidad. Un niño puede jugar en cualquier lugar; en cualquier momento; con cualquier juguete: desde los más costosos y sofisticados hasta la tapita de una botella o simplemente con los objetos que crea su imaginacion; con cualquier compañía: mamá, otro niño, el gato de la casa o en soledad.

Considerando el aspecto psicológico, el juego es indispensable para el desarrollo sano de la persona. Según Freud, el niño juega para revivir situaciones placenteras y para elaborar las dolorosas o traumáticas acompañando todas las etapas de su desarrollo. Durante el primer año de vida los intereses se centran en la zona oral: explorar con la boca. La exploración se desplaza luego a su propio cuerpo y el de los otros. Al surgir la necesidad de moverse y desplazarse por el espacio, ejercitar la fuerza y manipular objetos, los juegos tienen como eje éste nuevo aprendizaje. Con el crecimiento surgen nuevos intereses, nuevas necesidades, nuevas situaciones que implican cambios y los juegos se van modificando demostrando relaciones con los procesos de maduración.

En el marco de su enfoque constructivista, Vigotsky sostuvo que el juego impulsa del desarrollo mental del niño, facilitando el desarrollo de las funciones superiores del entendimiento, construyendo su aprendizaje y su realidad social y cultural.

Para Piaget, el juego se relaciona con el desarrollo cognoscitivo y la evolución del pensamiento. Lo clasifica en tres etapas: la sensoriomotriz (dominio de la acción), la simbólica (pre lógica, pre operatoria) y la del juego reglado (socialización, códigos transmitidos y convenidos con los pares).

En el aspecto afectivo-emocional el juego le permite al niño establecer vínculos, disfrutar, divertirse, expresarse libremente, fantasear,conectarse con el mundo, investigar, descubrir, crear, comunicarse, interactuar, integrarse.

Al ingresar al Nivel Inicial de la escolaridad el juego sigue teniendo un rol central en la actividad diaria del aula.

Sin embargo, en la escuela primaria, el juego va perdiendo protagonismo y, sorprendentemente, son muchos los docentes que, aún hoy, no lo dejan entrar en sus aulas, lo consideran una perdida de tiempo... No reconocen el valor del juego en la enseñanza.

El juego en la educación permite al niño buscar soluciones a las diferentes situaciones o problemas que se le plantean de un modo placentero al mismo tiempo que aprende a prestar atención, a memorizar, a razonar. Su pensamiento se va desarrollando hasta lograr ser conceptual, lógico y abstracto.

El juego también desarrolla capacidades motoras y sensoriales.

El lo social, el juego de roles e imitación le permite al niño identificarse con los distintos papeles de los adultos y aprender actitudes, comportamientos y hábitos sociales.

En el ámbito del lenguaje, éste se desarrolla y perfecciona al relacionarse con otros niños mediante el juego.

El juego atrae y motiva al alumno. Es un recurso valiosísimo para el docente quien puede convertirse en un jugador más pero debe ser quien dirija, quien tenga el control y quien pueda dirimir con firmeza y seguridad posibles divergencias o situaciones de conflicto.

En el campo específico de las Lenguas Extranjeras, jugar le permite al alumno ser interlocutor activo en intercambios comunicativos. Si bien no lo será en situaciones reales, el uso de la lengua "para jugar" tendrá un objetivo extralinguístico palpable y muy motivador, un propósito concreto: ganar. Este objetivo puede lograrse competitivamente o en cooperación pero siempre con un marco de reglas claras, establecidas con precisión y firmeza antes de empezar a jugar, conocidas y aceptadas por todos. Los juegos cooperativos son aquellos en que un grupo busca lograr un objetivo compartido, ninguno puede tener éxito si no lo tienen todos, deben coordinar esfuerzos, comunicarse eficazmente, distribuir tareas. Será el docente quien, conociendo a cada uno de sus grupos de alumnos, determine si son más convenientes los juegos cooperativos que los competitivos o si puede utilizar ambos sin mayores problemas.

En la enseñanaza de un idioma, los juegos pueden ser "controlados", cuyo objetivo es utilizar la lengua con corrección, o juegos de comunicación, cuyo objetivo es transmitir un mensaje y que sea comprendido. En este último caso la fluidez y el éxito efectivo de la comunicación se priorizan; el alumno tiene libertad en cuanto a estructuras y vocabulario a utilizar, puede crear y elaborar sus mensajes con todos los recursos linguísticos de que dispone. Esto no significa que los juegos comunicativos sean "mejores" que los controlados. Ambos pueden utilizarse en el momento adecuado. No olvidemos que la corrección en la producción es importante y debe trabajarse para que nuestro discurso sea inteligible.

El juego en la clase se lenguas extranjeras permite crear un clima distendido y de diversión, multiplicar la participación y el tiempo de producción de cada alumno si se juega en pequeños grupos comunicándose entre pares, uitlizar la lengua en forma espontánea, mejorar las relaciones grupales y con el docente.

El docente puede utilizarlos en todos los momentos de la clase según sea su finalidad: presentar un tema; trabajar correccion o precision; producir libremente; evaluar; promover reflexion linguística, metalinguística o intercultural.

En tanto, el alumno puede hacer uso de la lengua en intercambios comunicativos naturales; autoevaluar su uso del idioma, ganar confianza en sus posibilidades de ser interlocutor en lengua extranjera y lograr una comunicación efectiva; reflexionar sobre la lengua y sus procesos de aprendizaje.

Pero todas las ventajas que el uso de los juegos pueden aportar sólo serán aprovechadas productivamente si contamos con un docente que considere al juego como una actividad educativamente valiosa y seria, que respete las reglas que el mismo impone, que lo prepare previamente con dedicación y cuidado, que se involucre y disfrute, que pueda crear climas apropiados, que habilite espacios para la comunicación y la expresión libre ... que sepa abrir la puerta para ir a jugar...


Silvina Iacovino




Bibliografia de consulta:

Aberastury, Arminda. "El niño y sus juegos". Paidós Educador.

Revista Einnova, 2013.

Fernández Salazar, Diana. "Evolución del juego en el niño desde la teoría piagetiana".

Educ.ar. El portal educativo del Estado Argentino. "El juego y la importancia de su relación con la afectividad y el aprendizaje de los niños".

Diseño Curricular de Lenguas Extranjeras. GCBA.